Se puede leer en iberglobal.com un artículo sobre las críticas proferidas por Pedro Nueno (economista de renombre) contra el embajador de España en China. También se puede oir la entrevista en Intereconomia.com, buscando en los archivos del 27 de noviembre.
Yo mejor no opino, que luego me censuran el blog como al becario de Israel.
El otro día hablaba de los juegos olímpicos y hoy he leído un artículo (que encontrñe a través de haohaoreport) en el que se habla de ellos y además, y más interesante, se habla de cómo ven los chinos a los occidentales que residimos en (o pasamos por) su país. Está en inglés. Si hay alguien en el mundo que lea esto, quiera leerlo y que no hable inglés que deje un comentario y se lo traduzco (es que traducir pa ná es tontería y me parece que las probabilidades de que se den todas las condiciones anteriores son mínimas).
Es curioso cómo lo describe el autor del artículo y la benevolencia para con el país en el que vive que demuestra cuando dice que los gritos de laowai que escucha por la calle no son hostiles. Quizá hostil no es la palabra adecuada, a lo mejor sería mejor decir rencor. Lo cierto es que el gobierno chino siempre ha fomentado una clara división entre nosotros (chinos) y ellos (laowais) en la que por supuesto nosotros (chinos) lo hacemos todo mejor que ellos (laowais). Además de el hecho de que no hace tanto Shangai estuvo colonizada por ingleses, franceses, japoneses, americanos y todo el que pensó que podía sacar algo de aquí no ayuda. Pero es curioso cómo le hace sentir a uno la hostilidad y que el conocimiento de lo que hizo otro que para ellos es del mismo color que tú, pero que para ti no tiene nada que ver contigo tampoco ayude.
Me encanta Shangai en esta época del año. Creo que es algo relacionado con la luz. En invierno sale tan poco el sol que cuando sale sólo quieres ponerte delante como un lagarto y dejar que te caliente los huesos. Debe tener que ver también con la sensación de soledad que se experimenta viviendo aquí.
Quizá lo he comentado ya en alguna otra ocasión pero Shangai es una ciudad de paso. Tanto extranjeros como nacionales venimos a quedarnos sólo una temporada, unos más larga otros más corta y luego nos volvemos a casa. Sólo llevo aquí un año y ya he visto irse y venir demasiada gente. Eso te da una sensación de soledad añadida a la que te da vivir en una ciudad en la que nadie entiende lo que dices y en la que comunicarse supone un esfuerzo mental enorme. Es curioso, sin embargo, que todo el que viene quiere quedarse, por lo menos esa temporada de la que hablaba antes. Y es que, China es tan rara que de alguna manera, engancha.
Aunque de repente un día mires por la ventana de la oficina, veas con claridad el horizonte y eso te sorprenda.
Hay una sección en la web de la agencia Reuters que se llama "Oddly Enough", que traducido literalmente significaría "suficientemente raro". Con ese nombre, sólo podría estar plagada de noticias extrañas y absurdas, pero divertidas (casi todas).
En la columna de la derecha publican un enlace a las fotos más curiosas de los últimos días, y siempre hay alguna curiosa. Hoy, la foto número 4 es un rerato de bodas de 5 parejas chinas, en los escombros de un edificio derruido. Este retrato fue pagado por la constructora para celebrar el día del Trabajador emigrante.
En China un trabajador sólo puede trabajar en una provincia si tiene un permiso para trabajar en ella (normalmente tiene permiso para trabajar en la provincia de donde viene). Por lo visto es complicado conseguir un permiso de trabajo para otra provincia (me imagino que para unas más que para otras) y hay muchos trabajadores que emigran a otras provincias sin tener permiso de trabajo. Las empresas les "contratan" y les pagan una miseria y en muchos casos cuando van a cobrar el sueldo o si les ocurre algo niegan tener ninguna relación con él alegando que nunca contratarían a alguien que no tuviera permiso de trabajo.
Si alguien se queda manco en un accidente laboral y tiene que dejar de trabajar por causa de ello nunca volvería a casa a su provincia de origen ya que en el mejor de los casos, sólo supondría una carga para su familia.
Ahora que queda menos de un año para que se celebren los JJOO de Pekín, en el resto del mundo se habla mucho de la censura, los activistas, los problemas que éstos van a tener cuando intenten que se les oiga y qué va a hacer el gobierno chino para acallarlos.
(Y me he quedado superagusto con mi frase de tres líneas, si señor).
Unos, dicen que las noticias van a estar más fuera que dentro de los estadios. Otros, denuncian desde hace años los abusos a los derechos humanos que se cometen en China e intentan utlizar los juegos como vehiculo para hacer que más personas conozcan las atrocidades cometidas. Y así intentan ejercer presión sobre el gobierno chino para que cambie dichas prácticas.
A su vez, circulan por Internet cosas como esta:
Hay muchas cosas que en Europa no saben de China y con estas iniciativas se pretende que algunas de ellas pasen a ser de conocimiento público. Pero también hay tantas cosas que en Europa no saben de Europa....
Obviando la parrafada publicitaria que suelta el tipo, lo que sale detras es Shangai, quiza un poco distorsionado por las camaras pero básicamente es el Shangai de verdad. Ese donde vivo. Curioso, no?
Desde los años 80 se vienen realizando abortos selectivos cuando se conoce el sexo del feto tanto en China como en India. Esto produce desequilibrios sociales, violencia, trafico de mujeres etc. Léanse esta entrevista a Bénédicte Manier que ha hecho un estudio sobre el tema. Muy interesante.
Disfruten del viaje Actualización (Martes 13 Nov 2007)
He encontrado en periódico El País, edición de digital de hoy, este artículo.
Todo el mundo sabe que en China hay mucha gente. También sabemos todos que toda esa gente necesita trabajar para ganar un sueldo y así poder vivir. Lo que no sabes si no vives en China es que no hay trabajo para todos. Así que aquí todos esos trabajos en los que se supone que las máquinas han sustiuido a las personas siguen teniendo un compañero humano que las maneja.
Pongamos por ejemplo los tornos de entrada al Maglev, delante de los cuales hay una señorita vestida de verde feo (no he podido evitarlo) a la que podeís ver en el vídeo más abajo, que te obliga a darle el billete (esto no podeís verlo porque es un vídeo publicitario y quedaba mejor que metiera el billete el señor) para meterlo ella en el torno porque básicamente en eso consiste su trabajo.
Me han regalado por mi cumpleaños una bici electrica molona que aparco convenientemente (bueno, no muy convenientemente, pero esa es otra historia) en el garaje de mi casa. Por alguna razón que no alcanzo a comprender, el único piso del garaje que se usa es el primero (el segundo parece sacado de resident evil con sus telas de araña y sus máquinas que hacen ruido pero que no parece que estén enchufadas a ninguna parte) y allí es donde yo aparco. Peeeeero, al primero se accede desde un edificio y al segundo desde el otro. Y claro, yo vivo en el edificio desde el que se accede al segundo. De manera que todas las mañanas cruzo al edificio de enfrente (que es un edificio de oficinas) y antes, como no sabía donde estaban las escaleras, cogía el ascensor para bajar al garaje.
En el hall de los ascensores hay un señor vestido de uniforme con gorra como si fuera un guardia jurado (pero con 30 años más) que llama a los ascensores, presiona el botón del piso al que vas y, cuando se empiezan a cerrar las puertas del ascensor se cuadra y saluda (como en el vídeo más abajo en el minuto -4:10 aprox). ¿? Y es que hay que dar trabajo a la gente y si consiste en saludar al ascensor, pues que así sea.
Aviso: el siguiente video dura 5 minutos y es un video publicitario del maglev. Es un poco tostón, pero sale bastante de Shangai y el maglev.
